miércoles, 5 de noviembre de 2008

Dieta del embarazo


Durante el embarazo, las mujeres debemos tener especiales cuidados en nuestra alimentación. Debemos tomar más nutrientes de los que normalmente necesitamos. Una mujer vegetariana no tiene que dejar de serlo durante el periodo de embarazo o lactancia, pero si tiene que tener una dieta sana y equilibrada que le aporte todo lo que su cuerpo y su bebé necesiten. Conviene que sea un profesional el que fije la dieta que va a tomar durante los próximos meses, ya que podrá indicar mejor los grupos y cantidad de alimentos que necesita. La falta de algún aporte nutritivo podría ser perjudicial tanto para la madre como para el buen desarrollo del bebé.

Si hay algo que una mujer embarazada debe vigilar con mucha atención, es su dieta. De ella dependerá, en gran medida, el crecimiento y el desarrollo del feto; por eso, durante estos nueve meses, todas las futuras madres deben tener una alimentación completa y equilibrada que incluya verduras, frutas y proteínas. Además, existen algunos otros cuidados que una embarazada no debe pasar por alto como, por ejemplo, beber mucha agua o evitar las bebidas gaseosas. Elimine de su dieta los platos con carne cruda como, por ejemplo, el carpaccio y los embutidos, ya que durante el embarazo pueden causar ‘toxoplasmosis’, una enfermedad que puede afectar de manera grave al feto.

No abuse de los alimentos fritos ya que son muy pesados y molestos a la hora de hacer la digestión.
Evite o disminuya la sal en las comidas, ya que este condimento retiene líquidos y le hará sentirse más hinchada.

Debe engordar uno o un kilo y medio por mes. Más no es recomendable ni para la madre ni para el bebé. Así, que olvídese del tópico que dice que en el embarazo se debe comer ‘por dos’
Procure tomar lo menos posible sustancias estimulantes como, por ejemplo, el café, el té o incluso el chocolate, ya que altera al niño.Durante cualquier embarazo una mujer debe consumir aproximadamente 300 calorías más por día. Poder aportar a tu bebé los nutrientes necesarios para que se desarrolle con normalidad implica un cambio en tu alimentación, y tus hábitos de consumo.En ocasiones nos preguntamos de dónde salen todos esos kilos que engordamos durante el embarazo, si el peso del bebé nos supone ni la tercera parte. De 11 a 14 kilos promedio que una mujer engorda durante la gestación, corresponden:

3 kilos al peso medio del recién nacido.
3 kilos a las proteínas, grasas y otros nutrientes almacenados en el cuerpo de la madre
2 kilos a la sangre adicional
2 kilos a los líquidos corporales adicionales
1 kilo al aumento del tamaño del pecho
1 kilo al aumento de tamaño del útero
1 kilo al líquido amniótico que rodea al bebé
Aproximadamente 700 gramos a la placenta

Prevenir las varices


A medida que avanza el embarazo la circulación se resiente. El peso se incrementa, las venas y arterias tienen que mover un mayor volumen de sangre y el útero, al aumentar de tamaño, presiona las venas del abdomen y la pelvis. Todos estos factores dificultan la circulación de retorno, lo que favorece la aparición de varices.

Las varices tienen un componente hereditario, pero los cambios hormonales del embarazo y el aumento de peso pueden ser el detonante que las haga aparecer.
Lo más importante es la prevención ya que, una vez que las venas se hacen visibles, sólo se pueden hacer desaparecer con cirugía. Es fundamental hacer ejercicio, pues el movimiento es la mejor prevención. Es bueno caminar unas horas al día, paseando sin cansarnos y con un zapato cómodo. Nadar dos o tres veces a la semana ayuda a descongestionar las piernas, favorece la circulación y proporciona un beneficioso masaje.También es recomendable andar de puntillas de vez en cuando y hacer pedaleos en el aire, tumbada en el suelo, siempre y cuando la tripa no nos moleste demasiado.

Por la mañana y por la noche, aplicar duchas de agua fresca desde los tobillos a los muslos, y un masaje (en sentido ascendente) con un producto específico de acción relajante.
Conviene dormir con las piernas ligeramente elevadas (se puede poner un cojón bajo del colchón, a los pies de la cama) , y sentarse apoyando las pantorrillas y los pies en una superficie blanda, sobre una silla. Esto descansa y previene la hinchazón.
También es recomendable reducir el consumo de sal y beber mucha agua. Además hay que evitar la ropa ajustada (botas, pantalones, calcetines por la rodilla, fajas pantalón) y todo aquello que presione las piernas.

No cruzar las piernas ni pasar mucho tiempo sentada o de pie. Si no queda más remedio, usar medias de compresión, dar un paseo de cinco minutos, cada hora, y si se está de pie, alternar el peso del cuerpo de una a otra pierna y apoyar el pie que no soporta el peso sobre un escalón.

Tu cuerpo, despues del embarazo


Después del embarazo, es común que nuestro cuerpo no sea el de antes, y la figura que tuvimos en algún momento parezca perdida para siempre.
Pero no hay que alarmarse. La acumulación de grasa, cintura amplia, vientre abultado, muslos gruesos y caderas anchas son consecuencia lógica del embarazo reciente, pero no hay porque pensar que esta condición es permanente. Hasta al año de dar a luz el cuerpo no vuelve a ser el de antes.

Lo más importante es saber que no hay que matarse de hambre, especialmente si te hayas en período de lactancia, pues el cuerpo requiere de diversos nutrientes para fortalecerse y para producir la leche con la que se alimenta a la nueva vida.

La lactancia por sí misma reduce el peso del cuerpo, pues cada succión provoca una contracción en el útero y además de permitir que éste vuelva a su tamaño original, se produce quema de calorías y se gastan las reservas de grasas en la producción de leche.

Pero para ayudar al proceso y recuperar tu figura, puedes optar por una alimentación equilibrada y ejercicios, aunque debes saber que este proceso es lento, por lo que no puedes pretender quedar totalmente esbelta inmediatamente. Como dijimos es un proceso, y por tu condición no es sano que inicies una dieta rigurosa o extrema.

Debes saber que una alimentación adecuada para este momento y para lucir como si nada hubiera pasado, es fundamental el consumo de azúcar y carbohidratos tales como las papas, el arroz, las pastas y las féculas, ya que colaboran a mantener los niveles de azúcar en la sangre y proporcionan energía. El azúcar debe ser morena o mascabado e ingerirse en pequeñas cantidades, pues esta se absorbe de manera más lenta

La congestión nasal

Ahora que el tiempo está tan loco, no es raro que los niños se acatarren. Unas de las cosas más molestas para ellos es la congestión nasal (obstrucción de la nariz por mucosidades) porque altera notablemente la rutina del bebé.

Le impide comer porque no puede respirar mientras succiona y le obliga a respirar por la boca cuando está durmiendo, con lo que la garganta se reseca y eso le produce una tos irritativa que le perturba del descanso.

Para evitar o aliviar la congestión nasal durante los catarros lo más indicado es ventilar bien la casa, en especial la habitación donde el bebé duerme, y mantener cierto grado de humedad (se puede colocar un humidificador de aire frío). También es necesario ponerle suero fisiológico, en gotas o en spray, tantas veces como sea necesario, y retirarle los mocos con una pera o con un aspirador nasal. Esta operación es indispensable antes de cada toma y cuando lo echemos a dormir. En los bebés menores de un año no es recomendable la utilización de gotas nasales vasoconstrictoras.

Las primeras papillas de fruta


Vuestro bebé acaba de cumplir el 4º mes de vida y ha llegado el momento de introducir la papilla de frutas en su alimentación, lo que representa el aporte de vitaminas naturales y fibra.Es un paso importante para él y para vosotros.

Lavar previamente las piezas de fruta antes de pelarlas. Una vez lavadas trocearlas sacando el corazón. Pasar todo por la batidora. Y en seguida, administrar la papilla al bebé para no perder los aportes vitamínicos. Se podrá añadir 2-3 cucharadas de cereales sin gluten (hasta el 6º mes cumplido) y con gluten (a partir del 6º mes), según el gusto del bebé.
Hay que empezar con las frutas más comunes, como la manzana, naranja, platano, manzana, etc…

Pero dependiendo de como haga las cacas tu bebé, hay que darle unas frutas o otras, para los bebés que vallan un poco sueltos, hay que darles más cantidad de platano y manzana, y darles menos cantidad de naranja y pera. Para los bebés que sufran de estreñimiento hay que ponerle en la papilla más zumo de naranja y evitar darles mucho platano y manzana. La manzana en crudo, tiene la función de estreñir, pero asada o cocida hace la función contraria. Una buena receta para poder darle manzana a tu bebé si este va estreñido es esta:

MANZANA COCIDA CON LECHE Y CEREALES
-Poner en un cazo una manzana cortada a trozos pequeños, cubrirla de agua y que hierva unos 10 minutos. Retirala del fuego y añadelé dos cazitos de su leche y cereales, pasalo por la batidora.
Verás como a tu bebé le encanta y le ayudará a regular su estreñimiento.