Ahora que el tiempo está tan loco, no es raro que los niños se acatarren. Unas de las cosas más molestas para ellos es la congestión nasal (obstrucción de la nariz por mucosidades) porque altera notablemente la rutina del bebé.
Le impide comer porque no puede respirar mientras succiona y le obliga a respirar por la boca cuando está durmiendo, con lo que la garganta se reseca y eso le produce una tos irritativa que le perturba del descanso.
Para evitar o aliviar la congestión nasal durante los catarros lo más indicado es ventilar bien la casa, en especial la habitación donde el bebé duerme, y mantener cierto grado de humedad (se puede colocar un humidificador de aire frío). También es necesario ponerle suero fisiológico, en gotas o en spray, tantas veces como sea necesario, y retirarle los mocos con una pera o con un aspirador nasal. Esta operación es indispensable antes de cada toma y cuando lo echemos a dormir. En los bebés menores de un año no es recomendable la utilización de gotas nasales vasoconstrictoras.
miércoles, 5 de noviembre de 2008
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