
A medida que avanza el embarazo la circulación se resiente. El peso se incrementa, las venas y arterias tienen que mover un mayor volumen de sangre y el útero, al aumentar de tamaño, presiona las venas del abdomen y la pelvis. Todos estos factores dificultan la circulación de retorno, lo que favorece la aparición de varices.
Las varices tienen un componente hereditario, pero los cambios hormonales del embarazo y el aumento de peso pueden ser el detonante que las haga aparecer.
Lo más importante es la prevención ya que, una vez que las venas se hacen visibles, sólo se pueden hacer desaparecer con cirugía. Es fundamental hacer ejercicio, pues el movimiento es la mejor prevención. Es bueno caminar unas horas al día, paseando sin cansarnos y con un zapato cómodo. Nadar dos o tres veces a la semana ayuda a descongestionar las piernas, favorece la circulación y proporciona un beneficioso masaje.También es recomendable andar de puntillas de vez en cuando y hacer pedaleos en el aire, tumbada en el suelo, siempre y cuando la tripa no nos moleste demasiado.
Las varices tienen un componente hereditario, pero los cambios hormonales del embarazo y el aumento de peso pueden ser el detonante que las haga aparecer.
Lo más importante es la prevención ya que, una vez que las venas se hacen visibles, sólo se pueden hacer desaparecer con cirugía. Es fundamental hacer ejercicio, pues el movimiento es la mejor prevención. Es bueno caminar unas horas al día, paseando sin cansarnos y con un zapato cómodo. Nadar dos o tres veces a la semana ayuda a descongestionar las piernas, favorece la circulación y proporciona un beneficioso masaje.También es recomendable andar de puntillas de vez en cuando y hacer pedaleos en el aire, tumbada en el suelo, siempre y cuando la tripa no nos moleste demasiado.
Por la mañana y por la noche, aplicar duchas de agua fresca desde los tobillos a los muslos, y un masaje (en sentido ascendente) con un producto específico de acción relajante.
Conviene dormir con las piernas ligeramente elevadas (se puede poner un cojón bajo del colchón, a los pies de la cama) , y sentarse apoyando las pantorrillas y los pies en una superficie blanda, sobre una silla. Esto descansa y previene la hinchazón.
También es recomendable reducir el consumo de sal y beber mucha agua. Además hay que evitar la ropa ajustada (botas, pantalones, calcetines por la rodilla, fajas pantalón) y todo aquello que presione las piernas.
No cruzar las piernas ni pasar mucho tiempo sentada o de pie. Si no queda más remedio, usar medias de compresión, dar un paseo de cinco minutos, cada hora, y si se está de pie, alternar el peso del cuerpo de una a otra pierna y apoyar el pie que no soporta el peso sobre un escalón.
Conviene dormir con las piernas ligeramente elevadas (se puede poner un cojón bajo del colchón, a los pies de la cama) , y sentarse apoyando las pantorrillas y los pies en una superficie blanda, sobre una silla. Esto descansa y previene la hinchazón.
También es recomendable reducir el consumo de sal y beber mucha agua. Además hay que evitar la ropa ajustada (botas, pantalones, calcetines por la rodilla, fajas pantalón) y todo aquello que presione las piernas.
No cruzar las piernas ni pasar mucho tiempo sentada o de pie. Si no queda más remedio, usar medias de compresión, dar un paseo de cinco minutos, cada hora, y si se está de pie, alternar el peso del cuerpo de una a otra pierna y apoyar el pie que no soporta el peso sobre un escalón.
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